Sobre el proceso de innovación que las empresas de restauración deben aplicar en la generación de valor para el consumidor, debemos incorporar un nuevo concepto: la componente emocional.
La competencia emocional de los trabajadores de la empresa implica mejorar la comunicación emocional en el servicio. Potenciando comportamientos y actitudes que no son siempre innatas en nuestro equipo de trabajo como por ejemplo la empatía, la confianza generada en el cliente, la lectura de los estados emocionales del cliente, o una eficaz gestión del stress en el puesto de trabajo.
Las consultoras de turismo coinciden en que debemos conocer cuál es la percepción emocional del cliente respecto a los servicios y productos de la empresa. Para ello, es necesario conocer las emociones básicas y sutiles que se generan a la hora de percibir como consumidores un servicio o producto.
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